Bioneuroemoción: otra peligrosa pseudoterapia sectaria que niega la existencia real de enfermedades y aleja a sus adeptos de la medicina
En Maldita.es ya os hablamos de la biodescodificación, una peligrosa pseudoterapia de carácter sectario que culpa al enfermo de sus propias patologías, y de una de las corrientes pseudocientíficas que la precedió y de la que derivan varios de sus postulados, la Nueva Medicina Germánica. En la actualidad, hay quienes han seguido ‘alimentando’ y haciendo crecer el ‘movimiento’ a través de nuevas (aunque falsas) premisas hasta llegar a lo que se conoce como bioneuroemoción, otro pseudotratamiento sin base científica por el que nos habéis preguntado.
Según sus adeptos, mientras que la biodescodificación utiliza una perspectiva biológica (por ejemplo, sostiene que el origen del cáncer sería la consecuencia de un shock emocional sin resolver), la bioneuroemoción se basa en un "paradigma holístico". Con este concepto se refieren a una visión de la ‘salud’ completa, en su conjunto, desde todas los ámbitos. Esta tendría en cuenta "los múltiples factores que intervienen en el bienestar emocional y la salud de cada individuo”.
Sin embargo, a pesar de sus ofertas prometedoras y ejemplos de supuestas curaciones mágicas y como sucede con sus antecesoras, “no tiene ni una sola publicación con evidencias científicas”. Así lo refleja la Organización Médica Colegial de España del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM).
¿Cómo o de dónde surge la bioneuroemoción?
La bioneuroemoción fue propuesta y registrada por Enric Corbera, ingeniero técnico industrial, naturópata y licenciado en psicología, según la página web del instituto que fundó bajo su propio nombre. Se trata de una ‘evolución’ de la biodescodificación y de la Nueva Medicina Germánica, formulada en 1978 por el médico inhabilitado Ryke Geerd Hamer que, además, pasó por la cárcel por ejercicio ilegal de la medicina. De hecho, mantiene con ambas muchas características comunes. En especial, la inexistencia de las enfermedades como tal.
Como cuenta a Maldita.es Emilio Molina Cazorla, vocal de la Red de prevención del sectarismo y abuso de la debilidad (RedUNE), vicepresidente de la Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas (APETP) y maldito que nos ha prestado sus superpoderes, antes de empezar con la biodescodificación, Corbera ya tenía un grupo de naturopatía donde contraponía a sus adeptos contra la quimioterapia e incluso lo autodenominaba ‘secta buena’.
“Entre otras cosas, difundía (y sigue haciéndolo) el libro Un curso de milagros. Solo meternos en él y en sus implicaciones ya es toda una odisea, pero podemos entenderlo como una corriente doctrinal que defiende que la mente crea literalmente la realidad. Es un libro muy usado en grupos coercitivos como desestabilizador psicológico de cara a implantar la doctrina del líder”, cuenta Molina. “Lo que hace Corbera con su bioneuroemoción es, básicamente, reinterpretar la biodescodificación desde el punto de vista de este libro, subiendo la apuesta de sus predecesoras a que ‘toda desavenencia que te ocurre en la vida, ya sea la enfermedad o de otro tipo, es el resultado de un conflicto emocional no resuelto que tu mente ha creado para llamarte la atención sobre él’”.
¿Qué diferencias existen entre la biodescodificación y la bioneuroemoción?
Como decíamos, la premisa de la Nueva Medicina Germánica es que "el cáncer tiene su origen en un shock emocional". La biodescodificación amplía este falso postulado: de referirse a un tumor a todas las enfermedades. Según Molina, la biodescodificación utiliza una mezcla de conceptos de genética y biología muy distorsionados, extreman la psicosomática (interrelaciones de la mente y el cuerpo) para proponer que los conflictos emocionales se "codifican" biológicamente en nuestras células y, si no los resolvemos, se manifiestan biológicamente como enfermedades.
Según la página web del Enric Corbera Institute, tanto la biodescodificación como la bioneuroemoción son métodos de consulta (evitan llamarlo terapia) orientados a aumentar el bienestar físico y emocional. Su punto en común sería que “ambos utilizan la indagación con el objetivo de identificar el origen de los conflictos emocionales y ayudan a comprender la relación y la influencia directa que existe entre las emociones y la salud”. Es decir, proponen que no existen las enfermedades en sí mismas, sino que son la consecuencia de traumas y situaciones emocionales sin resolver y que, llegando a ellas, los síntomas desaparecerán.
La diferencia entre ambas, por tanto, es el contexto que tienen en cuenta para realizar el ‘diagnóstico’: mientras que la biodescodificación tiene en cuenta “la sintomatología y los datos que aporta el árbol genealógico” (lo que denomina perspectiva biológica), la bioneuroemoción “utiliza toda la información que manifiesta la persona en su vida y en su discurso”. Sostiene que las patologías son una expresión del inconsciente a través del cuerpo que nos muestra claramente cuál es el conflicto que vive en su interior y que pide una solución. De ahí su distinción entre “mente consciente” y “todo lo que está por debajo (la sombra)”, como menciona este vídeo del Instituto.
“Desde este punto de vista, la aparición de las enfermedades es la que posibilita que se puedan solucionar conflictos que de otro modo permanecerían ocultos y no podrían sanarse o solucionarse, por lo que bastaría con ‘tomar consciencia’ de dichos conflictos para corregirlas”, expone el CGCOM, quien aclara que en realidad no es “ni mucho menos una terapia complementaria” sino que “realmente es una pseudoterapia alternativa que ha hecho dejar o no iniciar muchos tratamientos oncológicos a pacientes con posibilidades de curación con la medicina actual. También ha creado falsas expectativas a pacientes que no responden a las terapias oncológicas”.
“Se puede considerar que los tipos de riesgos de la bioneuroemoción son los mismos que los de las biodescodificación, pero la primera alberga un abanico más amplio de corrientes de pensamiento a modo de señuelos en los que el adepto puede picar”, incide Molina.
No es algo inofensivo: abandonar un tratamiento médico o retrasar la detección de una enfermedad puede tener graves consecuencias
Tanto la detección como la puesta en marcha de un tratamiento precoz son factores importantes en la práctica totalidad de las enfermedades. Ambos ofrecen la posibilidad de tratar una patología en fase asintomática o la intervención sobre los factores de riesgo antes de la aparición de los síntomas clínicos, lo que ofrece mayor oportunidad de curación que tras la manifestación de la enfermedad.
Para Mercedes Cimas, psicóloga, miembro del Grupo de Intervención Psicológica en Emergencias y maldita que nos ha prestado sus superpoderes, la consecuencia más grave de pseudoterapias como las comentadas es la mera posibilidad de dejar de recibir o abandonar tratamientos eficaces, comprobados científicamente. “Imagina que te detectan un cáncer y alguien o algo te promete curarlo solo trabajando tus emociones inconscientes, ¿para qué optarías por la quimioterapia? Otro ejemplo: que tienes un hijo con algún tipo de Trastorno del Espectro Autista (TEA) y no recibe desde pequeño atención temprana: esto marcaría drásticamente su vida futura”, advierte la experta.
Si, como primera opción, se opta por este tipo de engaños pseudoterapéuticos sin evidencias, se retrasa el comienzo de un tratamiento verdaderamente eficaz, lo que, probablemente, termine por agravar la situación. En ocasiones, cuando el paciente se ve obligado a recurrir a terapias médicas eficaces, ya no hay una posible vuelta atrás. “Perder un tiempo precioso en estas pseudoterapias me parece muy peligroso”, incide la experta.
En España, por ejemplo, el caso más famoso a raíz de la aplicación de la bioneuroemoción es el de Maribel Candelas, valenciana enferma de cáncer que colaboraba asiduamente en las charlas de Corbera y que murió por abandono de tratamiento oncológico en 2015.
En ese momento, la organización de Corbera eliminó todos los vídeos en los que aparecía el relato de Maribel. Una práctica que ayudó a adoctrinarla fue la ‘Cuarentena’. Según sus seguidores, y resaltando los abusos de terminología cuántica que señala Alberto Nájera, del área de Radiología y Medicina Física del Departamento de Ciencias Médicas de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) en el blog de la propia universidad, esta es “la forma de renovar las conexiones neuronales para cambiar el campo cuántico que ‘nos’ rodea”.
“Esa cuarentena consiste en alejarse de la familia y amigos, en aislarse para que cualquier enfermedad, incluido el cáncer, fruto del conflicto emocional del entorno, pueda curarse por sí solo. Es terrorífico. Es tal el despropósito que en algunos vídeos el propio Enric sugiere el divorcio de una pareja en caso de cáncer de mama porque podría ser ésta la causa de la enfermedad”, señala Nájera en el texto.
Pseudociencias y comportamientos sectarios
La forma de curar síntomas y dolencias según la bioneuroemoción, como decimos, consiste en sacar a la superficie emociones ocultas e inconscientes que ni el propio sujeto conoce. Según la psicóloga, esto lleva incluso a ‘crear’ memorias falsas y sentimientos hacia ellas. El resultado suele ser que, además de seguir enfermo, aparecen problemas emocionales que los administradores de esta pseudoterapia crean “para poder curar”. “Es todo muy lucrativo”, señala Cimas.
Además, como puede comprobarse en el caso de Maribel Candelas, el contexto que rodea a la biodescodificación está muy relacionado con la familia. En palabras de Cimas, quienes la administran ofrecen o persuaden de que, para la curación, es necesario alejarte de tus seres queridos padres, madres, hermanos.
Uno de los problemas sectarios fundamentales de estas pseudoterapias, según explicaba Molina a Maldita.es, es la reforma de la cosmovisión del individuo: cómo le hace creer que funciona la biología, la psicología e incluso otros fenómenos como las relaciones sociales interpersonales, sobre todo las familiares.
Esto, señalaba Molina al hablar de la biodescodificación, da lugar al fenómeno de "luna de miel": “La persona cree haber entendido una realidad fundamental de la naturaleza que le otorga el control y poder sobre su salud y la de sus allegados, por lo que es muy común que bombardee a los mismos con todas las afirmaciones que ‘ha descubierto’”.
Por otro lado, en combinación con la iatrogenia (daño) psicológica que causa el pensar que los problemas de salud han sido causados por desavenencias con esa misma gente, hace que sea muy fácil generar una fractura emocional con ellos.
Molina continúa explicando que, una vez se ha alejado a los seres queridos (bien por ese bombardeo de captación con un lenguaje y términos extraños, bien por considerarles directamente culpables de sus problemas), el adepto se aleja de aquellos quienes podrían inducirle a pensar de una forma más crítica: “Deja de tener a su alrededor a la gente que podría hacer que se plantease dudas sobre esta propuesta, quedando abocado de forma más intensa a la doctrina del grupo, que ya le habrá inducido previamente a hacerle pensar que otros no están lo suficientemente ‘despiertos’ para entender el ‘cambio de paradigma’, que son gente tóxica que le impedirá prosperar, etc.”.
“A menudo vemos familiares que piden ayuda porque sus hijos, hermanos o padres les dejan casi de hablar para ‘sanarse’. Los ‘pacientes’ se van alejando cada vez más de la familia y acercando a la comunidad biodescodificación (o bioneuroemoción). Es todo muy sectario”, afirma Cimas.
No es sólo la Nueva Medicina Germánica, la biodescodificación o la bioneuroemoción: las pseudoterapias en general atentan contra la salud
Existe la creencia de que hay un conflicto entre la libertad de elección de un tratamiento médico y la eliminación de pseudoterapias, pero no es cierto. Según el artículo 25 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, toda persona tiene derecho a la asistencia médica.
"Mentir a los enfermos para venderles productos inservibles que pueden matarlos incumple el derecho de los ciudadanos a recibir información veraz sobre su salud. Así que, aunque un ciudadano tiene derecho a renunciar a un tratamiento médico estando correctamente informado, también es cierto que nadie tiene derecho a mentirle para obtener lucro económico a costa de su vida", expone un manifiesto internacional contra las pseudoterapias, firmado por más de 2.750 científicos de 44 países (entre ellos, 1.112 españoles).
Concluye así: "Sólo en un mundo donde consideráramos que mentir a un enfermo para obtener su dinero fuera ético, podríamos permitir que se siguiera vendiendo homeopatía —o cualquier otra pseudoterapia— a los ciudadanos".
En este artículo han colaborado con sus superpoderes el psiquiatra Rafael Mora, la psicóloga Mercedes Cimas y el vicepresidente de APETP, Emilio Molina,también vocal de RedUNE.