DESPERTANDO DE LA MANIPULACIÓN EJERCIDA POR "EL MAESTRO ESPIRITUAL"
GÉNESIS DE MI HISTORIA
Entré en el grupo porque un amigo me lo recomendó. Siempre me había interesado el budismo, la meditación y la cultura oriental. Además estaba a la búsqueda de un método para reducir mi estrés. Tengo que decir que el aspecto grotesco y palabrotero del “maestro” me sorprendió el primer día hasta el punto que estuve a punto de no volver, pero los temas que se trataban allí eran tremendamente interesantes y siempre había querido aprender sobre ello, así que me quedé en el grupo y en poco tiempo estaba encantada con mi “Maestro Espiritual”, con mi nuevo grupo de amigos y mis nuevos aprendizajes y en poco tiempo era una "fan incondicional”.
Las cosas que todavía no comprendía, me explicaban que ya las entendería más adelante, que el proceso espiritual era lento y había que tener paciencia. A veces estaba un poco despistada porque el primer día dijo el “maestro” que allí se aprendía chamanismo Bönn, sin embargo al día siguiente fui e hicieron un rezo en árabe (dikr) mientras él estaba vestido de lama y al mes siguiente cantaban “Hare Krishna” y rezaban a Jesús mientras se tapaban la cabeza con un pañuelo, al más puro estilo árabe, “para guardar la energía espiritual”. Cuando me preguntaban mis amigos qué hacía en el grupo a veces no sabía cómo responderles, pero lo que tenía claro es que me encantaba. La incongruencia que yo sentía “era por mi ignorancia”, tenía que vaciarme de mis antiguas creencias para poder ser verdaderamente libre y alcanzar las verdades de Dios. Eso me decían.
Empecé a ver cómo las alumnas le daban masajes en grupo al “maestro” al terminar la clase. Cuando terminaba ésta, siempre nos quedábamos charlando un rato y muchas veces el “maestro” se tumbaba al final de la sala, se quitaba la camiseta y las alumnas le daban un masaje en todo el cuerpo; cada una se centraba en una parte, espalda, manos, pies... Yo, que por aquel entonces era bastante tradicionalista consideraba que eso era un “putiferio”, pero el “maestro” argumentaba que él estaba muy agotado por tener tanto sobrepeso (180 kg) y por tener que soportar todo el karma de sus alumnos y que además así las alumnas aligeraban el suyo al darle masajes a él, que era un bodhisattva, un ser iluminado.
Me daba cuenta de que muchas alumnas tenían una especie de enamoramiento del “maestro”. Él siempre lo explicaba diciendo que las chicas no se enamoraban de él sino de la “luz espiritual que emitía”. Yo lo tenía claro, mi “enamoramiento” era del alma, de total devoción y confianza hacia mi “maestro”, no de su parte física. Sin embargo, yo veía, que el “Maestro” muchas veces y sobre todo con las alumnas nuevas tenía un comportamiento similar al “flirteo”. Se deshacía en halagos y mimos hacia las chicas nuevas. Hoy sé, que era la forma de captarlas y de llamar su atención, enamorarlas para que no abandonaran el grupo y cuando ya estaban enganchadas les hacía desprecios para generar aún más interés. A veces los flirteos eran tan descarados que su novia, la que tuviera en ese momento, tenía ataques de celos y desde fuera, realmente parecía que estaba a punto de cambiar de chica. Luego todo quedaba en nada, (o no) pero las chicas se quedaban colgadas de él dificultando su salida del grupo. Sin embargo yo sentía, que era una alumna de segunda categoría. Me rechazaba frecuentemente y siempre me dejaba en segundo lugar. Esto acentuaba mi interés por él. Ahora sé que esto es una técnica sectaria.
El que por aquel entonces era mi marido, entró en el grupo. A los pocos meses le enviaron a India de viaje. Yo no pude ir porque teníamos un hijo, de forma que iría más tarde en noviembre. El “Maestro” organizó un viaje para 4 personas, algunas decidieron ir, otras fueron añadidas al viaje por decisión suya animándoles con comentarios del tipo “Tienes que ir a India para salvar tu vida, sino morirás” (una clara manipulación y coerción). Digamos que fueron de viaje 4 personas, y volvieron 2 parejas, lo cual precipitó mi divorcio en menos de un año. En ese momento yo me llegué a creer lo que me decía mi “maestro”, que mi matrimonio estaba en crisis y que era cuestión de tiempo, pero revisando mis emails y chats con posterioridad vi que en mi pareja no había crisis, sino solo un poco de estrés motivado por la vida normal con un bebé. El hecho de hacernos creer que estábamos en crisis le permitió embolsarse bastante dinero (60 euros por persona por semana) en concepto de “terapia psicológica” necesaria para “evitar vuestro fracaso”. Sería muy obvio explicar el drama emocional al que uno queda sujeto durante un divorcio. Esta debilidad me sumergió en una espiral de manipulación aún mayor.
Mientras mi marido estaba en India, el “Maestro” me propuso hacer “tantra” con él. Una excusa pseudo-espiritual para acostarse conmigo. Me dijo que “había una forma muy rápida de evolucionar espiritualmente pero que no tenía porque hacerlo si no quería” .Llegué a estar en una cama con él a pesar de no tener el más mínimo interés por su persona como hombre. De hecho tuve que vencer mil resistencias que tenía, porque yo realmente no quería hacerlo pero, para mí, evolucionar espiritualmente y mejorar como persona era lo más importante. El “Maestro” me preguntó “¿Qué opinas de esto?” Y yo le contesté en un momento de lucidez: “Es el Maestro aprovechándose de la obediencia de su alumna”. Entonces me empezó a gritar como un energúmeno diciendo “Si eso es lo que crees, vete de aquí”. Lo retiré y pedí perdón. Pero ante tal respuesta no tuvo más remedio que dejarme ir, con lo que finalmente todo quedó en nada.
Realmente me sorprendo de cómo pude llegar a esa situación siendo como soy. ¿A qué tipo de manipulación se puede someter a una persona sin que se dé cuenta para convencerla de hacer algo en contra de su voluntad y creyendo falsamente que quiere hacerlo?
Un día comenzó a decir que había mandado a un alumno “de putas”. A mi me parecía tremendamente extraño que irse de putas pudiera ser espiritual, pero él tenía salidas para todo. Dijo que había enviado al alumno “de putas” pero que le había hecho hablarle a la prostituta sobre Jesucristo, con lo que supuestamente había sido una experiencia terriblemente enriquecedora para él.
Varios meses después contó en clase que él mismo, a veces, se iba “de putas” también, pero que no lo hacía para satisfacer sus necesidades físicas, decía que iba pero que solamente les hablaba de Dios y de espiritualidad, y que como máximo él permitía que le hicieran felaciones pero que era para el bien de sus almas. El hecho de tomar contacto con su amrita (néctar sagrado, semen) les hacía a las prostitutas purificar su karma y evolucionar sus almas a una velocidad de vértigo. Las prostitutas tenían que estar agradecidas de haber podido estar en contacto con él, de esta forma podían tener la oportunidad de tener un mejor renacimiento. No sé cómo, pero el conseguía que sus alumnos, incluida yo, se creyeran estas historias a pies juntillas y que incluso le siguieran el juego y se alegraran de que él hiciera estas prácticas por el beneficio de la humanidad. Años más tarde el “maestro” comenzó a decir, que le hacía beber a su novia sus fluidos corporales durante las relaciones sexuales para limpiarla del efecto de las drogas y también dijo durante un curso al que asistieron 20 personas, que había sanado a una gallega de fibromialgia y a otra gente de la sangha, dándole a beber su semen mezclado con otros ingredientes en un bote. Desconozco si la gallega sabe que el “maestro” va contando esto sobre ella en los cursos.