EL PREDICADOR DE LA BIONEUROEMOCIÓN: Factura tres millones diciendo que combate el cáncer.
Diferentes voces alertan de los peligros de su terapia. Mientras, Enric Corbera liquida su primera empresa y canaliza la actividad a través de su instituto.
Enric Corbera ha pasado de vender plantas medicinales a recorrer medio mundo profesando su terapia. Con ella, se ha hecho de oro. En 2015, facturó 2,97 millones y se embolsó 700.000 euros de beneficio. Pero no todo son buenas noticias. En España cada vez hay más voces que alertan sobre los peligros de su método, la bioneuroemoción. El Colegio Oficial de Médicos ultima una solicitud ante la fiscalía para la clausura de su web, así como diferentes universidades le han ido cerrando las puertas impidiendo que imparta conferencias.
Hoy, los vídeos que contenían estos testimonios se han eliminado de Internet, pero RedUNE, entidad encargada de la prevención del abuso de debilidades y derivas sectarias, todavía los conserva. Emilio Molina, colaborador de esta asociación, lleva tiempo siendo el azote de Corbera y ha participado en un informe en el que se recogen testimonios de afectados por estas prácticas. Molina cuenta que Enric “ha ido rebajando su perfil” y se presenta ahora de puertas para fuera como un coach emocional. Sin embargo, todavía vende libros en los que habla abiertamente de curación.
Lo que no ha cambiado Corbera es la base de su pensamiento. El psicólogo siempre ha apoyado sus estudios en la tesis del doctor alemán Ryke Geerd Hamer, condenado a prisión por ejercicio ilegal de la medicina. Hamer trató a enfermos graves de cáncer sin tener licencia. El doctor adquirió notoriedad con sus tesis sobre la Nueva Medicina Germánica (NMG), al asegurar que la curación de la enfermedad es posible sin recurrir a los métodos tradicionales como la quimioterapia y radioterapia.
Enric Corbera empezó a trabajar en la carnicería de sus suegros, en Rubí (Barcelona). Pero no le convencía. Quería montar un imperio. Y así lo hizo, aunque tardaría más de lo esperado. Remodeló el mismo local e implantó allí la primera empresa, Natural Enric. Empezó a promocionar sus terapias alternativas, pero los resultados no eran los esperados. Cerraba ejercicios con beneficios que no superaban los 2.000 euros.
Quería más, y exploró otras vías. Según sostiene el informe de Redune, Corbera comenzó a formarse con Christian Flèche, promotor de la biodescodificación. Poco después formó el instituto y fundó la asociación en España. Seguidamente, se fue a Cuba a difundir sus conocimientos, aprovechando los contactos de Txumari Alfaro.
Pero una pelea con sus ‘maestros’ le motivó a cambiar la denominación. Enric Corbera dejó de usar esta terapia y pasó a hablar de bioneuroemoción. Asimismo, la asociación se vistió de instituto y también cambió de nombre. En 2016, este centro pasaría a llamarse Enric Corbera Institute, firma desde la que actualmente operCorbera cerró en abril su primera empresa, Natural Enric
No obstante, Corbera ya había hecho caja. Según los últimos datos disponibles en el registro mercantil, en 2015 facturó cerca de tres millones, cerrando un beneficio neto próximo a los 700.000 euros. Así, Corbera ha encontrado la máquina perfecta. De hecho, su apuesta es tan clara que el pasado abril decidió liquidar Natural Enric. Esta empresa cosechó pérdidas en 2015 por valor de 6.000 euros a pesar de haber facturado cerca de 200.000.
Ahora, a Enric sí le salen los números. Y es que ha amasado un negocio millonario gracias a lo precios que oferta. Las tarifas van desde los 90 euros por una primera toma de contacto con la bioneuroemoción hasta los 1.350 por un curso de hora y media para aprender a tratarla.
La imagen de Corbera se ha deteriorando en España. Ha pasado de darse a conocer en programas de televisión a ver como se cancelan sus charlas en diferentes universidades. En el último año, el Colegio de Enfermería de Valencia y la Universidad de Zaragoza dieron marcha atrás a conferencias que previamente habían autorizado.
Asimismo, diferentes instituciones del mundo sanitario también han dado la voz de alerta. Los últimos en hacerlo han sido el Colegio de Médicos en España, que ultiman una solicitud ante la fiscalía para el cierre de webs pseudocientíficas –entre las que se encuentra la del propio Corbera– debido a los peligros que puede conllevar para la salud. Al respecto, Jerónimo Fernández Torrente, coordinador del Observatorio OMC, afirma que terapias como la bioneuroemoción y la biodescodificación están “entre las más peligrosas”.
El colegio de médicos ultima una solicitud ante la fiscalía para el cierre de la web de Corbera
En el mismo sentido se pronunció un año antes el Colegio Oficial de Psicólogos de Cataluña. Ricard Cayuela, vicedecano primero de esta institución, afirma que "hace tiempo que dijimos que (la bioneuroemoción) no está basada en la evidencia y que toca aspectos delicados como enfermedades graves". Además, Cayuela añade el temor de que "cualquier enfermo en situación grave que vea ahí una tabla de salvación se le pueda estar engañando". Por tanto, "no hay rigor científico y pone en riesgo emotivo e incluso físico al posible paciente”, concluye.
A pesar de todo, en Latinoamérica la situación es totalmente distinta. Corbera llena auditorios allá donde va e imparte un posgrado en la universidad de Torreón (México). Si se echa un vistazo a su agenda se puede ver como la mayoría de compromisos están fuera de España.
Un grueso de seguidores le aclama y consulta en las redes sociales, donde ha experimentado un crecimiento vertiginoso. En Facebook, crece con más de 300.000 personas, con un ritmo de 7.000 personas nuevas al mes. Lo mismo sucede en Twitter. A mediados de 2015 tenía 14.000 seguidores. Hoy, casi ha doblado esta marca al acumular más de 26.000 followers.