TESTIMONIOS ACUSATORIOS, CONTRA UNA SECTA GESTALT
PROLOGO.
RedUNE no somos indiferentes cuando nos llegan testimonios de abuso y violencia psicológica. No podemos y no queremos mirar hacia otro lado. Somos empáticos con el sufrimiento del prójimo, está en nuestro ADN asociativo. Son muchos los casos los que llaman a nuestra puerta, de diversa índole, individuales y colectivos, como es el caso que aquí presentamos y nos hacemos eco desde nuestra responsabilidad jurídica y ciudadana.
El abuso psicológico y su persuasión coercitiva, se mantiene en el tiempo en un colectivo psicoterapéutico mientras las coacciones, el chantaje y el miedo duran. Hasta que se acaba la impunidad del clan mafioso, porque la personas secuestradas en su libertad rompen las cadenas que les ha atenazado durante ese tiempo.
Son muchos los Colectivos, Centros, Institutos y otras denominaciones, que actúan en el ámbito de la psicología y la salud, sin ningún control, registro sanitario y mucho menos aval de los Colegios Profesionales. Que en su mayoría siguen sin comprometerse con contundencia ante el intrusismo que opera en nuestro país, con la publicidad gratuita desde las Redes Sociales, que facilitan su expansión.
Esta pareja de pseudoterapeutas, se aprovechan de la vulnerabilidad de pacientes, que lo que más necesitan es ayuda, confidencialidad y profesionalidad acreditada. Han estructurado un proceder idéntico a muchos otros de los cuales tenemos conocimiento desde hace años. Los participantes –siempre vendrán recomendados-, para saber su procedencia y tener control desde el primer minuto. Les hacen firmar un Documento de Protección de Datos, pero en las dinámicas pseuodoterapeuticas no se respetan la mínima ética.
Desde mi responsabilidad como presidente de RedUNE han de saber que nos tienen enfrente y defenderemos en los Tribunales que correspondan, a las víctimas.
Cualquier persona identificada con estos testimonios nos tendrá a su lado. Confidencialmente se puede comunicar en el siguiente correo: infosecta@redune.org.es
JUANTXO DOMINGUEZ
Presidente de RedUNE
Nuestra historia y sus comienzos.
Somos un colectivo de personas que hemos tenido experiencias traumáticas en común con Estefanía Maceiras Pousa y sus sesiones terapéuticas.
No aparece en ninguna red social, ni linkedin, solo hemos encontrado la web de su anterior escuela de cocina, la cual adjuntamos a continuación:
Nos enganchó su carisma y el marco teórico con el que aparentemente trabajaba. No tenemos ninguna confirmación de sus titulaciones como “terapeuta” para actuar en dinámicas de grupo. Hemos sentido que ella ha tenido demasiado control sobre nuestras vidas.
Todos llegamos a ella a través de conocidos que nos la recomendaron para poder superar nuestras situaciones personales. Conjuntamente con su marido Antonio Ruiz Domingo Antonio Ruiz – Desarrollo de liderazgo (ruizdomingo.es) que también actúa impartiendo docencia en Institut Gestalt de Barcelona se reparten las sesiones.
Las sesiones eran presenciales en su domicilio situado, en Calle Mallorca en Barcelona. Más tarde en el tiempo, ella y su pareja decidieron mudarse a Valencia, por lo que Estefanía nos propuso empezar a hacer terapia online, a lo que algunos nos negamos. A los díscolos empezó a enviarnos una serie de mensajes por WhatsApp muy hirientes, diciendo que el trabajo no había finalizado y que nos arrepentiríamos de nuestra decisión, sin dejar que le contestáramos, llego a bloquearnos la comunicación.
En Enero del 2020 Estefanía crea unos grupos terapéuticos separados de chicos y chicas de entre 20 y 30 años aproximadamente. Cabe resaltar que ya existía previamente un grupo denominado de “los veteranos” (de entre 35 y 55 años de edad, aproximadamente), que ellos denominaban como “El Circulo”. Entre ellos hay personas que llevan 18 años de relación con las actividades de Estefanía.
Dinámicas abusivas.
Por lo general las normas en estos grupos no están claras, no hay un soporte empírico que refuerce lo que se trabaja terapéuticamente .Se nos decía:”que estar ahí dentro era un privilegio para todos nosotros, ya que todo aquel que no pertenecía al grupo y a esta terapia era un neurótico”.
Cuando según ella nos veía “muy mal” nos instaba a acudir a terapia semanal, ya que si no retrocederíamos en nuestro camino y la vida nos iría fatal. De acudir dos veces por mes abonando 120 E/mes, algunos pasamos a 240 E/ mes, hasta que ella lo considere oportuno.
Hemos vivido episodios traumáticos con ella, por un exceso de confianza en su proceder. Nos ha arrastrado a ser sumisos a sus dictados y por ello a ser dependientes totales a sus terapias. Muchas veces su comportamiento nos ha confundido al no delimitar los espacios propios como participantes y ella como terapeuta. Se hacia la víctima y nos hacía ver que todos sus males de salud eran provocados por no seguir sus pautas.
Durante el verano de 2022 Estefanía y Antonio se mudan a una casa unifamiliar en Puebla Tornesa, Castellón. En ella empezaron a hacer las terapias grupales presenciales, o como ellos llaman ‘’residenciales’’. En ellos se hacen prácticas chamánicas con sustancias ilegales, tales como el cannabis y derivados de alucinógenos como Mezcal .El ritual chamánico, así denominado por Antonio y su mujer Estefanía, es una pieza muy importante durante el taller.
En una ocasión Estefanía empezó a narrar una especie de meditación guiada, a los 5 minutos de escucharla caímos en un sueño totalmente profundo. Antes de ello varias personas que habían consumido bastante cannabis empezaron a decir que estaban viendo gatos gigantes a nuestro alrededor. Empezamos asustarnos y dejamos de fumar, ya que no veíamos normal lo que estaba aconteciendo.
En otro taller se practicó una dinámica de grupo en la que consistía en un desnudo colectivo y hicimos también algunos trabajos intensos con el chacra sexual. Presenciamos como Estefanía se colocó encima de una de las integrantes del grupo y tras balancearse encima de ella y decirle cosas al oído que nadie escuchaba a causa del alto nivel acústico de la música y de los fuertes llantos de mis compañeras, empezaron a gemir como si de un acto sexual se tratase. Cuando acabó la dinámica todo el mundo quedó anonadado y sorprendido .Había personas que no disimulaban su -admiración todavía más elevada hacia Estefanía y sus prácticas-.
Cuando todas las personas presentes fuimos a la piscina desnudos, Estefanía nos comunica que en próximos encuentros utilizaremos setas alucinógenas. Es en esta ocasión cuando se plantea tatuarnos como “símbolo de unión”. Aquí empezamos a sentir que todas estas prácticas en nada tienen que ver con nuestro crecimiento personal y cuando accedimos voluntariamente a las recomendación de nuestras amistades. Asumimos colectivamente estar en el lugar equivocado. En un camino de no retorno ,nada místico y menos espiritual.
Atrapados en el laberinto.
Estefanía siempre nos decía que todos éramos libres de salir cuando quisiéramos, pero en la práctica eso no era verdad. Hemos vivido estas experiencias con autentico terror que aun siguen en nuestros cuerpos. El chantaje emocional y la persuasión coercitiva que ha ejercido nos han destrozado nuestra personalidad. En vez de ir a mejor, nos ha hipotecado nuestra relación con nuestros allegados y amistades en un laberinto de dificultosa salida, a no ser con la ayuda profesional de verdaderos psicólogos.
A medida que pasaba el tiempo en estos diversos talleres, dentro de todos nosotros fueron creciendo sentimientos ambivalentes. Sentíamos cierto agradecimiento de estar en terapia con ella, ya que éramos conscientes que ningún otro terapeuta dedica tanto tiempo a sus pacientes dentro y fuera de sesión. Pero, por otro lado, había muchas cosas que no nos me encajaban y nos incomodaban en sus terapias:
· A menudo criticaba a otros pacientes en la sesión, diciendo su nombre y revelando información íntima.
· Nunca era un buen momento para espaciar o finalizar las sesiones para ella. Aunque se le propusiera pausar la terapia para hacer unas sesiones de coaching profesional, con el consiguiente enfado por su parte.
· Hemos sentido que ella ha tenido demasiado control sobre nuestras vidas. Nos ha tutelado diversas cuestiones muy personales la cuales ella tenia que dar el aprobado.
·Criticaba nuestro entorno y nos instaba a que nos relacionáramos con sus otros pacientes o incluso vivir conjuntamente. Para ello nos pasaban sus teléfonos.
· Consideraba a las personas de nuestro entorno "neuróticas". También decía que nuestras parejas vivían en la superficialidad ya que no hacían terapia con ella, que tarde o temprano la relación terminaría por ese motivo y que la única opción era que entraran en profundidad haciendo terapia con ella.
· Su agresividad es manifiesta en diversas ocasiones en los talleres terapéuticos con gritos y faltas de respeto hacia diversas personas. Con la intención clara de confundirnos entre nosotros: cuando decía "ya no quedan terapeutas de mi línea, todos están jubilados o han fallecido".
· El pensamiento propio era interpretado como una falta de confianza y entrega en la terapia. Tener dudas o cuestionar sus indicaciones era sinónimo de falta de confianza y no ser merecedor de su tiempo "yo te conozco mejor que tú mism@", "tengo lista de espera". Transmitía el mensaje de que si no vivías de acuerdo a sus indicaciones no curarías tú neurosis.
·Nos hizo creer que si dejábamos de atendernos nos esperaba un futuro horrible y lleno de infelicidad "si te vas te estrellas".
La trama sectaria.
La “actividad terapéutica” de la señora Estefanía Maceiras Pousa y la colaboración directa de su marido Antonio Ruiz Domingo en toda esta trama, cumple a la perfección lo que desde el ámbito académico se denomina SECTA PSICOTERAPÉUTICA.
1. Control del entorno: Nos alejaban de nuestra familia y de nuestros amigos más cercanos, ya que estos –según ellos-estaban neuróticos perdidos. Estaban en “los niños” y nuestro objetivo en la terapia era estar en los “adultos”. Prácticamente, nuestro único contacto era con la gente que asistía a esa terapia, lo que te hacía ser extremadamente dependiente a ella.
2. Manipulación mística: Nos decía que gracias a todas sus experiencias que había vivido en su vida (desde que era niña hasta el momento) le habían dado las herramientas para ser terapeuta y ser quien tratara con los egos de sus pacientes. Nos pedía siempre admirarla, ser fieles a absolutamente a sus ideas y obedecer en todo aquello que nos decía. Ella tomaba las decisiones de tu vida, porque según ella ve todo en 3D y sabe lo que te va a pasar si tomas una decisión u otra. Ella siempre nos recalcaba que era nuestra maestra, manipulando nuestros sentimientos, quitándonos cualquier tipo de decisión en nuestra vida y convirtiéndonos en más vulnerables y cada vez más dependientes a ella.
3. Exigencia de pureza: Cuando te veía mal, te decía que estabas en el “niño” y que tenías que volver a estar en el “adulto”. Te decía que tenías que ir a sesión semanal. Además, escribía por Whatsapp a los compañeros de grupo por privado, para que te dieran “hostias”, las cuales iban cargadas de juicios e intoxicación. Hacían del grupo terapéutico un lugar donde se humillaba, se alababa también, creando así una absoluta dependencia a sus prácticas. Era como una especie de droga a la que estabas constantemente sometido. En un tiempo estás alabado por tu terapeuta y tus compañeros y en otro momento te sentías totalmente hundido. No hay una estabilidad, sino que es una especie de montaña rusa emocional que te lleva al desequilibrio mental y una ansiedad constante en tu día a día.
4. Culto a la confesión: Como hemos nombrado anteriormente, tus decisiones tanto las del día a día, como las más importantes, siempre tenían que tener su aprobación .De “la maestra”, y en muchas otras ocasiones del grupo. Quiénes constantemente hacían juicios, sobre lo que un individuo del grupo decidía realizar aún sin la aprobación de “la gurú”. Además nunca teníamos conocimiento de cuando finalizaba este camino terapéutico con esta persona.
Es totalmente incongruente y esclavizador que haya personas que lleven 18 años con la misma terapeuta. Consideramos que además del grado de sumisión que se presenta en ese tiempo, hay un problema mayor y es que el dejar la terapia está visto como algo muy negativo. Siempre de forma reiterativa nos auguraba un futuro catastrófico, para todo aquel que dejara su terapia. Tampoco le era válido que probaras otras terapias, ya que “ella es la más efectiva y la que te va a solucionar todos tus problemas” y “te llevará a la luz y a la verdad de tu vida”.
5. Sacralización de la ciencia: Se permitía el lujo de contradecir todo lo que la ciencia afirma, desde un punto de vista empírico. Trataba de soberbio a quien le llevara la contraria a ella en consejos sobre temas de enfermedades, curas etc. Todos sus conocimientos los basaba en su gran experiencia en la vida. Rechazando de plano el método científico y la evidencia.
6. La carga del lenguaje: En este grupo terapéutico se usaban mucho unos términos concretos, como “estar en el niño”, “estar en el adulto”, “estar neurótico” etc. Además algunos miembros se referían a Estefanía como “la maestra”. Hay que añadir también que todas tus preguntas, tus dudas, fueran terapéuticas o no, siempre tenían una respuesta por parte de Estefanía Maceiras, quien siempre dice que ella sabe de todo gracias a la vida que ha tenido y a la cual es imposible rebatirle ni discutirle nada, quitándote así todo tipo de criterio propio.
7. El dogma sobre la persona: Cuando dudas sobre el argumento que te da Estefanía y a como debes pensar, te dice que estás en el niño, que estás neurótico perdido y que estás muy perdido en la vida. Siempre tienes que seguir la doctrina que ella te indica. Insiste en que debes confiar ciegamente en ella y en todo lo que te dice, desautorizando a uno mismo y haciéndole más dependiente a la terapia.
8. Dispensación de la existencia: Cuando estas dentro de este grupo siempre te dicen que tienes mucha suerte de haber caído en sus manos, que todo aquel que está fuera del grupo vive en su neurosis y en la superficialidad. Te hacen sentir especial ahí dentro, lanzándote mensajes subliminales en los que poco a poco te va calando el mensaje que fuera de esa terapia te va a ir muy mal en la vida. Muchos hemos sufrido ansiedad para poder dejar el grupo, por el alto grado de dependencia a la terapia .Hemos tenido que hablar con conocidos que habían dejado la terapia, para comprobar que había vida más allá de eso. También hemos tenido que ser tratados por psicólogos, debido a sentirnos muy desamparados.
Epilogo.
Queremos que nuestro testimonio colectivo, abra las puertas de la dignidad de las decenas de personas que están siendo sometidas al maltrato psicológico, de Estefanía Maceiras Pousa y la colaboración necesaria de su marido Antonio Ruiz Domingo. Queremos hacer justicia con todos los afectados que han dejado esta terapia, para los que siguen en ella y para aquellos que en un futuro pudieran embarcarse en realizar este tipo de terapia.
ESTE DOCUMENTO LO RELLENAN LOS PARTICIPANTES